¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuando las reglas cambian y no están claras? En el Estado de México, la prohibición de plásticos de un solo uso ha generado un movimiento de incertidumbre que afecta directamente a miles de pequeños negocios.
Desde tiendas de abarrotes hasta cafeterías locales, muchos negocios se encuentran en una especie de limbo legal. La falta de una orientación precisa sobre qué materiales son aceptables y cuáles no, crea un escenario donde el temor a sanciones o multas los lleva a tomar decisiones restrictivas.
¿Y qué implica esto para la economía local? La incertidumbre impide que estos negocios planifiquen a largo plazo y adopten prácticas más sostenibles, afectando no solo su rentabilidad, sino también su relación con los clientes. Algunos comerciantes se ven en la necesidad de cambiar de proveedores o de envases sin una guía clara, lo cual puede suponer un aumento de costos y pérdida de confianza.
La situación se complica aún más porque las autoridades no han hecho suficiente difusión de las regulaciones ni han proporcionado alternativas viables y sustentables para los pequeños empresarios. Todo esto genera una sensación de confusión y frustración que pone en riesgo la continuidad de muchos negocios que, además, son la base de la economía local.
¿Será que las leyes necesitan más precisión? Sin duda, una regulación clara y acompañada de apoyo real puede transformar esta problemática en una oportunidad para impulsar prácticas más responsables y sostenibles. Pero, por ahora, los pequeños negocios en Edomex esperan respuestas y acciones concretas para seguir adelante sin temor a perderlo todo.
