
¿Buscas un escape del bullicio urbano? A menos de dos horas de la Ciudad de México, las Cascadas El Fresno en Soyaniquilpan ofrecen un refugio natural donde el sonido del agua y el canto de los pájaros reemplazan el tráfico y el estrés.
Este destino en el Estado de México es perfecto para quienes desean reconectar con la naturaleza, disfrutar de aventuras al aire libre o simplemente descansar bajo la sombra de centenarios ahuehuetes. Un lugar poco conocido pero sorprendente.
Más que unas caídas de agua, El Fresno es un bosque mágico rodeado de decenas de ahuehuetes, cuyos troncos robustos emergen del suelo y cuyas ramas parecen tocar el cielo. El agua cristalina fluye entre peñascos, creando espuma blanca y formando un espectáculo natural que invita a la contemplación silenciosa.
Niños disfrutan chapoteando mientras sus padres descansan a la orilla del cauce. Las familias también organizan días de campo en las zonas secas, compartiendo bocadillos y bebidas en un entorno de paz y verdor.
Para quienes buscan emociones, el terreno escarpado y los caminos naturales son ideales para practicar senderismo, ciclismo de montaña o explorar a pie los rincones escondidos entre la vegetación.
El recorrido hacia las cascadas, especialmente en motocicleta, atraviesa paisajes que parecen sacados de una postal, haciendo del trayecto una parte esencial de la experiencia.
Tras un chapuzón o una caminata, el hambre se hace presente. En la zona, se pueden degustar tacos de carnitas, sopes, quesadillas, enchiladas y tostadas, todo preparado con tortillas hechas a mano y guisos sazonados con chiles y especias, con opciones de pollo, cerdo y verduras.
Para refrescarse, las cervezas con chamoy y salsas son las favoritas, además de café, refrescos con limón y sal, jugos y aguas frescas. ¿Algo dulce? Churros rellenos de chocolate, papas fritas artesanales, chicharrones y dulces típicos completan la oferta.
La forma más sencilla de llegar es en auto: desde la Ciudad de México, se toma la autopista México–Querétaro, se desvía en el paradero de unidades pesadas en Soyaniquilpan y se continúa por camino pavimentado y terracería hasta el destino. Es recomendable preguntar a los lugareños por indicaciones.
En transporte público, la opción más cercana es llegar a la Terminal de Autobuses de Querétaro (bilete desde CDMX: $450), y de ahí tomar un taxi que puede costar más de $500. Por ello, lo más recomendable es viajar en vehículo propio para mayor comodidad.
Un aspecto distintivo del lugar es la presencia de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, conocida también como Oshún, reina de las aguas dulces en la santería. Cada 8 de septiembre, se le rinde una celebración especial.
Según la tradición, antes de ofrendar alimentos, debe probarse primero. Además, por su número cinco, siempre se le ofrecen cinco piezas o múltiplos de cinco, pidiendo por salud y tranquilidad.